Practica esencial: Aprender a mirar
El ser humano explora el mundo en la medida que sus capacidades biopsicosociales se lo posibilitan. El niño que no explora nos alarma y preocupa. ¿Por qué? Porque intuimos que la no exploración va a empobrecerle y limitarle el aprendizaje, y sus relaciones sociales.
Para educar, es decir para conducir el aprendizaje, hay que poder mirar al niño y ver cómo explora y aprende. La escuela como es un entorno cuidado, estable y continuo propicia un espacio privilegiado para potenciar el acto de observar. Sólo precisa para ello un maestro atento y acostumbrado a mirar. Pero no es tarea sencilla mantener la serenidad y el silencio que se requiere para sostener una mirada atenta, en el bullicioso entorno escolar. Afortunadamente como tantas capacidades del ser humano, la atención en silencio también se entrena.