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Promover un mayor sentimiento de pertenencia para aumentar la productividad

Según Deloitte, el sentimiento de pertenencia en las organizaciones empresariales  incrementa la productividad laboral hasta en un 56%,  debido a que hay más compromiso y  los miembros de la organización se sienten valorados, escuchados y conectados. También están más dispuestos a dar lo mejor de sí,  porque se perciben como una parte valiosa dentro de algo mayor,  lo cual les motiva para  contribuir de manera significativa, creando un ecosistema con  consecuencias positivas palpables a corto plazo, como una mayor retención del talento,  un clima de trabajo  positivo,  una moral más alta en momentos difíciles y también un estilo de creatividad contagiosa. Las estrategias más efectivas para alcanzar  un ambiente de trabajo con mayor sentimiento de inclusión son las destinadas a promover la inteligencia colectiva: 

1- creando grupos de enfoque  para involucrar a  personas de diferentes rangos en espacios generativos de soluciones, teniendo en cuenta que la  participación activa aumenta  el sentido de contribución.

2- promover la implicación de grupos de trabajo desde plataformas de colaboración en línea para compartir ideas y proponer proyectos de manera conjunta.

3- compartir regularmente los avances, desafíos y logros para que se sientan informados y parte integral del proceso.

4- dar recompensas colectivas mediante programas de reconocimiento a fin de que reconozcan los logros del equipo y celebren juntos los éxitos.

5- promover acciones con lideres informales que funcionen como facilitadores, respaldando las contribuciones de sus equipos.

6- promover la mentoría de apoyo entre compañeros, lo cual fortalece los lazos entre colegas.

La inteligencia colectiva no solo fortalece el sentimiento de pertenencia, también potencia la innovación, la resolución de problemas, también demuestra a los empleados que la empresa invierte en su futuro.

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La clave del éxito es siempre el capital humano

En un mundo empresarial cada vez más expuesto a variables inesperadas, el mayor activo para alcanzar  el éxito no es solo el producto o servicio, sino el capital humano con el que cuenta. El talento y el compromiso de los equipos de trabajo  son factores fundamentales en el crecimiento y la sostenibilidad, así como su impacto en la mejora de la sociedad, reforzando la imagen de la  empresa a la hora de afrontar nuevos desafíos, aprender de las dificultades y evolucionar. Un capital humano comprometido y ético puede contribuir significativamente a las iniciativas de la organización, ocupándose también de la comunidad y el medio ambiente, o bien  liderando  proyectos que incluyan otras áreas del entorno, como compartir aspectos de su responsabilidad social en espacios escolares.  Cuando se es consciente de que  el éxito de las empresas está inextricablemente vinculado a las personas que la componen, el desenlace es un mejor  posicionamiento, aun en un entorno desafiante. La inversión en el capital humano y  el compromiso con la suma de habilidades, talentos, conocimiento, atributos y experiencia es para  la cultura de la organización, una sabia  estrategia  y ventaja competitiva en todos los niveles. Fundamentalmente cuando hoy ya no se trata solo de tomar decisiones y dirigir a un grupo de personas hacia un objetivo común, sino cuando se busca liderar para un bien mayor o un propósito más amplio que trascienda los beneficios individuales,  transformando organizaciones y comunidades.

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El liderazgo humanista llega a las empresas para quedarse

El liderazgo humanista del siglo XXI está moldeando cambios profundos en las empresas que buscan adaptarse a la complejidad tanto en lo referente a la sociedad como a los negocios. La necesidad de un mayor pensamiento estratégico a largo plazo exige  decisiones y acciones que incluyan habilidades tecnológicas sólidas y estilos de trabajo colaborativo con mayores sinergias. Pero también que los líderes de las empresas apuesten con la misma fuerza inquebrantable por la diversidad, la inclusión, el aprendizaje continuo, la adaptabilidad y el cuidado de la dignidad de las personas que forman parte de la organización. Para ello,  el compromiso con cada trabajador ha de ser permanente y con sentido ético,  para que a su vez  los  equipos alcancen  el  máximo potencial,  y sostengan sus propósitos, alineándose con la responsabilidad social  y con  visión del triple impacto: económico, social y ambiental.

Los líderes humanistas en las organizaciones, acercan recursos para  que las personas puedan evolucionar en sus  competencias, en  la adquisición de nuevas habilidades y el crecimiento continuo, reconociendo logros y contribuciones,  y de ese modo se perciban  conectadas, y para que cada individuo  construya un estilo de  liderazgo propio que inspire, motive y promueva el crecimiento en otras personas, generando así una cultura empresarial dinámica, aumentando a su vez las fortalezas resilientes de los equipos.